Hasta ahora el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, siempre había reconocido que “había cosas que se podían mejorar” cada vez que se refería a los problemas de la sanidad andaluza, principalmente provocados por el colapso en la atención primaria -que continúa- y por las listas de espera disparadas -que se achican, aunque no con la rapidez que demandan los ciudadanos-. Pero la crisis de los cribados de cáncer de mama ha puesto al descubierto las costuras de una gestión desbordada en la que los continuos planes de choque que se han anunciado por parte de la Consejería de Salud solo parecen parches para achicar las fugas de un trasatlántico, el Sistema Andaluz de Salud, que hace agua. Este miércoles por la tarde al dirigente popular no le ha quedado más remedio que admitir la mayor: “No hemos conseguido los objetivos que nos habíamos mercado”.
