Una iniciativa emprendida la pasada primavera por los organizadores de la Olimpiada Nacional de Geografía causó revuelo en Letonia. Con la llegada de la Inteligencia Artificial (IA) en las aulas, se abren nuevas posibilidades para que los estudiantes puedan engañar a los correctores. En ese contexto, en el examen final, se había formulado una serie de preguntas de tal forma que las respuestas de los participantes pudieran delatarlos si utilizaban recursos prohibidos para responder. Las herramientas prohibidas, en este caso, eran la IA y las consultas por Internet.
